Reconectando con tu Esencia
Desde que despertamos en la mañana, la lista de pendientes empieza a desfilar por nuestra mente. Sentimos la urgencia de hacer contacto con la realidad cotidiana desde la pantalla de nuestros teléfonos, de responder, atender, organizar, HACER, y pocas veces nos permitimos despertar y SENTIR, nada más SER.
Llevar nuestra atención plena hacia cada uno de los cinco sentidos, escanear el estado del cuerpo, permitirme recordar los sueños que tuve anoche, ver la luz afuera de la ventana, escuchar a los pájaros, darle espacio a mis emociones, son algunas de las acciones pequeñas pero muy poderosas que nos ayudan a empezar la mañana más alineadas, más conectadas con nuestra esencia, para -ahora sí- cumplir nuestro propósito de cada día.
El simple ritual de despertar con calma y consciencia es clave para darle una intención a nuestro día, porque la intención llega primero y de segundo, la creación de nuestra realidad, decidir cómo queremos vivir el HOY.
Al levantarte de la cama, respira profundo, llenándote de Prana, recibiendo la luz de la mañana con todo tu ser. Empieza a mover el cuerpo con gentileza, sintiendo el suelo en tus pies descalzos, empieza por ondular suavemente tu columna vertebral llevando la barbilla al pecho y la mirada al cielo, poco a poco afloja brazos y piernas, hasta que te sientas lista para sacudirte con energía, el nivel de energía con que te muevas va a depender de tu ciclo, y eso va a ser perfecto.
Una vez que saliste de la cama y ya te sientas enraizada en tu cuerpo físico, busca un espacio para disfrutar de una taza de té o café en silencio, en tu rincón favorito de la casa, para que puedas terminar de asimilar e intencionar. Esta es una costumbre sencilla pero deliciosa que, con disciplina y constancia, te va a permitir recibir a los pensamientos uno por uno, con mayor serenidad y control.
Tu cuerpo, mente y espíritu te lo van a agradecer.
Un abrazo,
Mar.